viernes, 13 de noviembre de 2015

Los jóvenes de Funza, el mercado laboral del municipio y sus escenarios futuros.

La presente reflexión, refleja los argumentos presentados en días pasados en la ponencia para la reunión establecida con el sector empresarial del municipio, la Secretaría de Desarrollo Económico y la Plataforma de Juventud del Municipio, de la cual estuvimos Los Hijos del Zipa en representación. 

Resultado de esta reunión, se iniciará una labor tripartita entre los sectores privado, público y población civil encabezada por la Plataforma de Juventud del Municipio para el desarrollo de la Responsabilidad Social Empresarial en pro de nuestra sociedad.

Ponencia sobre la juventud actual, la educación su relación con el empleo en Funza.

Para tener una aproximación adecuada a la situación actual de la juventud Guapuchera y su relación actual con el mercado laboral endógeno, se hace necesario iniciar por una leve contextualización sobre el desarrollo histórico del municipio mismo.

Hace cerca de 40 años, Funza era reconocida como la Villa imperial y agrícola de la Sabana de Bogotá con cerca de 25.000 habitantes y una vocación meramente agrícola. Sin embargo debido a su cercanía a la capital del país, la migración campo-ciudad y el aumento progresivo de los costos del suelo en Bogotá, el municipio se convirtió en las últimas décadas en receptor de cada vez más población proveniente del campo, muchos de ellos víctimas del conflicto armado, caracterizados por su bajo nivel educativo, bajos ingresos y problemas de adaptación social, en muchos casos, atraídos por un municipio con oferta laboral agrícola, gracias a los cultivos de flores y hortalizas, un estilo de vida de pueblo y un costo de vida accesible.

Según el acuerdo N°13 del 12 de SEPTIEMBRE DE 2008, A 2007 el municipio contaba con un 12% de población entre los 12 y 17 años (7.848 personas) de la cual un 40.8% era des-escolarizada. Del porcentaje restante, solamente un 25% en promedio podía acceder para este entonces a la educación superior.

En 2007 la pirámide poblacional del municipio indicaba una población de 19.655 habitantes entre los 6 y 20 años, que a hoy día (2015) tendrían entre 14 y 28 años, constituyéndose como la población joven actual del municipio con más de un lustro de permanencia en el territorio. De esta población, hoy en día podemos afirmar que sólo uno de cada cuatro jóvenes de 20 a 25 años del municipio es profesional, asumiendo que todos finalizaron su carrera y permanecen en el municipio.



A 2014 según el DNP (ficha de caracterización municipal 25286), el municipio de Funza cuenta con una población de 73.962 personas con un crecimiento anual sostenido cercano al 2%, un indicador de NBI del 13,4% y un IPM del 24,6% debido principalmente al bajo promedio educativo de la población y el empleo de carácter informal, tal y como lo exponen varios diagnósticos poblacionales elaborados por la Alcaldía.

Según la pirámide poblacional del municipio, hoy en día cerca del 23% de la población de Funza es considerada joven (entre los 14 y 28 años), representando cerca de 1 de cada 4 Guapucheros, lo que prioriza el actuar en esta población debido a su dimensión y también a su peso cómo la generación llamada a tomar las riendas del municipio en los próximos años.

Oportunidades y desarrollo de la Educación

En la actualidad, Funza no se encuentra certificado en educación, lo que no le permite establecer un plan adecuado a sus realidades para resolver sus necesidades y falencias en este ámbito, con mayor autonomía presupuestal y decisoria.

Con una tasa de cobertura escolar superior al 100% gracias a los 31 colegios en su territorio (3 oficiales y 28 privados) Funza supera los promedios departamental y nacional en este ámbito, aunque mientras las instituciones públicas tienen una relación de 1/10 frente a las privadas, los jóvenes en condición de pobreza son bastantes más (3/4) en relación con los que tienen recursos económicos.



Al observar los resultados municipales en las pruebas SABER 11, se identifica un promedio bastante bajo de puntuación en los diferentes campos, especialmente en lo que respecta a Filosofía, inglés y Física; exponiendo debilidad en la formación de los alumnos frente al desarrollo de su capacidad de análisis y crítica, bilingüismo y dominio aplicado de las matemáticas, situación apenas cubierta por los promedios nacionales que son aún peores.

En las últimas dos alcaldías, esta situación generó una respuesta entusiasta por parte de la administración en el mejoramiento del sector educativo, el cual muestra un cambio progresivo de la infraestructura educativa en los últimos años, principalmente para la primera infancia con gran cantidad de nuevos jardines infantiles y colegios de envergadura. Sin embargo, es de señalarse que la oferta en educación media no ha tenido mayores cambios frente a la calidad del servicio y la oferta en educación superior es inexistente, lo que obliga al desplazamiento de los jóvenes a Bogotá para poder acceder a ésta, aumentando así mismo los costos ya de por si elevados para poder estudiar carreras profesionales y tecnológicas.

La institución más cercana para la formación laboral es el SENA de Mosquera, en donde además de la oferta para el sector agropecuario se imparten cursos técnicos y tecnólogos en: recursos humanos, asistencia administrativa y contable, seguridad ocupacional, logística empresarial, manejo de nómina y sistemas. Todos estos programas para cargos de carácter técnico y administrativo no representan una carrera sostenible a futuro o para un proyecto de vida. Más aún teniendo en cuenta salarios representativos para jóvenes cuya familia se encuentra tratando de superar la situación de pobreza.

La oferta de educación profesional más cercana no cuenta con los estándares de calidad que se desearían en cualquier sociedad del país, lo que se refleja en el ranking que ocupan la Universidad Minuto de Dios (43) localizada en Madrid, la Uni-Monserrate (191) en Mosquera y la Universidad de Cundinamarca (90) en Facatativá. Lo que impone la obligatoriedad para muchos de estudiar en Bogotá para poder acceder a un estudio profesional que los proyecte hacia su futuro de manera competitiva, dificultando el acceso a este servicio público y generando una segregación socio – económica aún más fuerte.

Estas dinámicas sólo resultan en un circulo vicioso de pobreza para nuestros jóvenes, quienes al no tener recursos suficientes para estudiar en centros educativos superiores competitivos, terminan sin puertas que los lleven al desarrollo de su proyecto de vida y vulnerables ante la gran variedad de problemas sociales que ha venido arrastrando el municipio desde hace ya un tiempo.

Por otro lado, los jóvenes que logran acceder a la educación superior con el sacrificio económico y físico que representan casi 3 horas diarias transportándose, al salir al mercado laboral no encuentran una oferta competitiva en el municipio, lo que los lleva a trabajar y –progresivamente- a vivir en otros municipios o en la capital, resultando en la famosa “fuga de cerebros” que no permite consolidar una sociedad ilustrada y crítica en el municipio.

El sector productivo.

En los últimos años, el crecimiento poblacional de la sabana de Bogotá y el aumento de las dinámicas económicas internacionales de la zona gracias al Aeropuerto El Dorado, han traído al municipio -que otrora fuese la villa imperial y agrícola de la sabana- un cambio profundo convirtiéndo a Funza de forma muy acelerada en un nodo industrial, de transporte de mercancías desde y hacia el resto del país con una fuerte actividad manufacturera. Esta situación se ha favorecido además con la facilidad de cambios en el uso del suelo y la posición estratégica frente a los principales corredores de movilidad de acceso a la capital.

De la mano del cambio en las actividades, la población del municipio tuvo que pasar rápidamente del trabajo campesino al de las industrias, al cual no se ha podido permear más allá de los cargos operarios, técnicos y administrativos debido a la falta de oferta educativa especializada que responda a las nuevas necesidades del mercado.

Es así como a pesar de la llegada de este nuevo sector productivo pujante, la sociedad Guapuchera y especialmente los jóvenes no han podido prepararse adecuadamente al nuevo mercado laboral, consecuencia de la inexistencia de oferta educativa local y las dificultades  de acceso a las existentes.
Por tanto no es de extrañarse que estos jóvenes presenten serios problemas de convivencia, entre las cuales se han reportado consumo y tráfico de estupefacientes, porte de armas, embarazos inesperados, abandono injustificado del trabajo, entre otros fenómenos que para nadie podrian ser tolerados en un mercado competitivo.

El futuro del municipio

A pesar de este panorama, cabe resaltar que Funza ha venido trabajando fuertemente en el desarrollo de su infraestructura y sociedad, lo que permite asegurar un futuro prometedor para su territorio. Además de esto, la pronta materialización del Macro proyecto Urbano Regional del Aeropuerto El Dorado –MURA- con la construcción del nuevo aeropuerto entre Facatativá y Madrid, interconectado con la capital gracias al tren de cercanías y los nuevos corredores viales proyectados, abren la puerta a la consolidación de un municipio próspero y con nuevas oportunidades a la vista.

Sumado a eso, el crecimiento y conurbación de Funza con Mosquera y Madrid, configuran en el futuro próximo una gran centralidad de la sabana de Bogotá, que si se planifica y desarrolla adecuadamente, puede abrir paso a un nodo de desarrollo para la región y el país en los próximos años.

Es de anotar además, que más allá de los problemas sociales actuales, la materialización del post-conflicto marca para todos los Colombianos un nuevo norte, en el que la reconciliación y la construcción de la nueva sociedad deben ser un objetivo y compromiso de todos los actores sociales, lo que nos lleva a reflexionar sobre el caso puntual de un municipio como Funza, contenedor y reflejo de población resultante de un país segregado socio-económicamente y violento.

¿Qué se puede hacer desde la conjunción del sector empresarial y el gobierno local por el futuro del municipio?

A partir de lo planteado anteriormente, solamente resta dejar plazmadas varias recomendaciones y reflexiones finales sobre el futuro y el llamado que hacemos la juventud funzana a ustedes, como actores prioritarios en la construcción de nuestra sociedad:
  •  El sector privado y público del municipio deberían construir juntos mecanismos de atracción para los jóvenes profesionales del municipio, con ofertas adecuadas para sus perfiles laborales y competitivas con el mercado. Es prioritario mitigar la fuga de cerebros del municipio.
  •  Se deberían identificar los perfiles profesionales demandados por el sector empresarial y en conjunto con el gobierno local, construir convenios con Universidades para ofertar de estos programas en el municipio, ya sea construyendo equipamientos para ello, de manera semi-presencial o virtual.
  •  El municipio debe certificarse en educación, armonizando sus planes con los nacionales y departamentales en la materia, pero manteniendo un enfoque territorial en los programas educativos pensando en el potencial futuro de la región.
  •  Nos debemos centrar en el mejoramiento de la calidad de la educación aprovechando la infraestructura ya construida.
  • El sector empresarial debería contribuir por medio de la RSE en la atención psicosocial a la población vulnerable del municipio que hace parte de sus empresas, construyendo una mejora real en el proyecto de vida de sus empleados.
  • Todos los sectores deberían trabajar en conjunto por mejorar la calidad de vida y las oportunidades de los jóvenes del municipio, pensando en la sociedad Funzana de los próximos años.

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