miércoles, 29 de julio de 2015

Los herederos del Zipa: de la “Imperial Bacatá” a la ciudad región.



En días recientes, mientras caminábamos por el frente de la alcaldía de Funza, leímos una placa que dice: “Extinguida la imperial Bacata a la muerte de Tisquesusa y Sagipa, fundose el nuevo pueblo que hoy es esta villa, heredera de las tradiciones del Zipa y procera por su contribución a la Independencia de Colombia […]”. Al leer dicha placa, nos inquietó aquella afirmación de ser “heredera de las tradiciones del Zipa”, pues en los casi cinco siglos que han transcurrido desde que la “imperial Bacata” se extinguió, son varias tradiciones que en efecto se han conservado en la región que otrora reconociera la autoridad de Tisquesusa y Sagipa.

Al día de hoy, la región reconoce otras autoridades como alcaldes, diputados, concejales y un gobernador, aunque de vez en cuando todavía los tratan como caciques… La “imperial Bacatá” parece haber resucitado desde que la ciudad llamada “Santa Fe” desbordara sus límites y recobrara su título de “Bogotá”, para finalmente reencontrase con el poblado que le dio nombre a una de las pocas sabanas que se encuentran en el mundo a la altura de 2.600 metros. Y la más sorprendente de todas las tradiciones es que seguimos habitando los márgenes del poderoso rio Bogotá, pues solo entre las localidades distritales de Suba, Engativa, Fontibón, Kennedy y Bosa, como en los municipios de Tenjo, Chia, Cota, Funza, Mosquera y Soacha, hallan descanso cerca cinco millones de hijos del Zipa.

¿Porqué hijos del Zipa? Si bien muchos de quienes habitan estas márgenes en la actualidad provienen de otras partes del país y son pocos realmente los privilegiados que pueden asegurar su linaje muisca, este seudónimo identifica a quienes ahora habitamos este territorio sintiéndolo nuestro y deseando construir en él un mejor futuro ¿O es que acaso la movilidad de la metrópoli, el desarrollo cultural, el abastecimiento de servicios públicos, los problemas ambientales e incluso la competitividad económica de esta gran sabana, discriminan según la procedencia, barrio o municipio en el que vivimos?

Y es que quienes nos desenvolvemos a diario a lo largo y ancho de este territorio, hemos construido una sociedad que trasciende las fronteras políticas municipales, consolidando dinámicas que sobrepasan la comprensión y capacidad de gestión de nuestros gobernantes, quienes aún luchan por articularse y crear agendas conjuntas en un escenario con diversos partidos políticos, rigidez normativa, egos y burocracia.

Consecuencias de esta situación hay muchas; como la tragedia en la que se ha convertido la movilidad intermunicipal, la depredación de una de las tierras agrícolas más productivas del mundo para el crecimiento de la urbe o la contaminación de nuestro tan impotente rio; todas estancadas en aquel limbo de “lo que es de todos y a la vez de nadie”.  Es a partir de esta realidad como jóvenes habitantes de Funza y Mosquera, hemos decidido trabajar por nuestra herencia, buscando fortalecer la identidad y cultura de lo público en torno a nuestro territorio, sacando del limbo las diferentes problemáticas que nos convocan y convirtiéndonos en sus representantes.


Hijos del Zipa.

Fé de errata. Este artículo fue publicado previamente por un miembro del colectivo "Hijos del Zipa", sin embargo es una creación colectiva del trabajo y aporte creativo de todos sus miembros, agradeciendo especialmente a nuestro querido historiador.

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